En las culturas antiguas el sabor y el olor jugaron un papel preponderante a la hora de identificar las propiedades y efectos de un alimento en el organismo. Otros factores como el color externo y el interno, la consistencia, textura, hábitat y método de recolección de los ingredientes utilizados, también aportan información adicional, pues influyen y modifican las propiedades básicas de los alimentos.
Según los chinos los sabores de los alimentos y plantas pueden ser: salado, agrio, amargo, dulce y picante. Cada uno de estos sabores está relacionado, en su cosmovisión, con cada una de las 5 fases de movimiento de la energía, conocidas en occidente como 5 elementos, que son: Agua, Madera, Fuego, Tierra y Metal, respectivamente.
Los sabores tienen la capacidad de estimular los órganos y sistemas a los que está asociado su elemento. También pueden afectar a otros órganos que se encuentran en relación de dependencia o control. El efecto del sabor de un alimento, puede potenciarse o hacerse más específico si se elige con precisión la hora del día en que se ha de consumir. Por ejemplo: comer algo dulce entre las 7 y las 9 am, favorece la energía del estómago y por tanto la capacidad digestiva, mientras que de 9 a 11 am favorece la absorción de nutrientes y el movimiento de líquidos en el organismo.
Alguien puede tener deficiencia en el intestino grueso y con una dosis de comida picante, administrada en la cantidad y horario correspondientes, puede mejorar su peristaltismo intestinal.
Según la Medicina Tradicional China, cada persona, de acuerdo a su constitución genética y a su historia de vida, se ve más favorecida por unos sabores y tipos de alimentos así como desfavorecida por otros.
Una forma rápida de aportarle nutrición y estimular nuestro organismo y sistema es consumiendo de manera balanceada los 5 elementos en nuestras comidas. Es por ello que quise compartir con ustedes esta ensalada.
Ensalada arcoíris con quinoa (Receta)
Ingredientes:
- 1 Taza de quinoa
- 1 Puñado de rúcula
- 3 Zanahorias pequeñas
- 1 Pepino grande
- 3 Rábano sandía
- 2 Plátanos maduros
- 1/2 Taza de aceite de coco
Para el aderezo:
- 4 Cdas. Aceite de oliva
- 2 Cdas. Vinagre fermentado de sidra de manzana
- 2 Cditas. Sal del himalayas
- 1 Cda. Salsa de soya orgánica fermentada (opcional)
- Pizca de pimienta
Mezclar y reservar.
Procedimientos:
- Lava, seca y reserva los vegetales.
- Pela, corta fino y reserva los plátanos
Para la quinoa:
- Pon a hervir a fuego medio 2 tazas de agua con 1 cdita. de sal.
- Agrega la quinoa y deja que se hidrate. Tápala y baja el fuego hasta que se evapore todo el líquido (12 mins).
- Cambíala de envase para que enfríe.
Para los plátano maduro:
- Mientra se cocina la quinoa, pon a calentar una sartén con el aceite de coco.
- Cuando esté bien caliente agrega los plátanos, freír hasta dorar de cada lado.
- Escurrir y dejar reposar hasta que enfríen. Córtalos bien pequeñitos.
Para la ensalada:
- Mientras la quinoa y los plátanos toman temperatura, corta la rúcula y el pepino, ralla la zanahoria y corta en tiras los rábanos.
- En un cuenco mezcla los vegetales ya cortados.
- Agrega la quinoa y los plátanos.
- Servir y aderezar al gusto.
Espero la hagan y la disfruten! Ya saben, a tratar de siempre promover el funcionamiento de todo nuestro cuerpo, nos lo agradecerá con salud.
Rosamari dice
Me encanta !!!!