Luego de habernos involucrado en la etapa de la alimentación del bebé desde antes de la concepción y en el embarazo, ahora nos queda la pregunta ¿cómo debería alimentarlo después que nace?, ¿cómo debería alimentarme yo (la madre) ?, pues estas inquietudes las detallo más abajo.
Ésta es la 3ra. y última parte de esta serie de artículos. Para poder comprender este artículo te recomiendo que primero leas la 1ra parte y luego la 2da, aquí.
Alimentación para un bebé saludable después del parto
La lactancia es sumamente importante, especialmente los primeros meses. La leche materna está perfectamente diseñada para el desarrollo físico y mental del bebé. El niño amamantado tiende a ser robusto, más inteligente, libre de alergias y otras complicaciones, especialmente intestinales, comparado con los niños que al nacer lo alimentan con fórmulas.
La producción del calostro (la primera leche que se produce[1]) de las glándulas mamarias que se efectúa en los primeros días de vida del bebé, ayuda al bebé contra los resfriados, gripe, polio, infecciones, virus y el desarrollo general de sus defensas (el sistema inmunológico).
La calidad de esta leche y los efectos beneficiosos hacia el niño dependerá mucho del tipo de alimentación que tuvo la madre durante el embarazo. Quiere decir que si hubo consumo de agentes tóxico (como los insecticidas en los vegetales) en la dieta de la madre, éstos de igual manera estarán presentes en la leche, por tanto, se aconseja que los alimentos y productos animales sean orgánicos en su mayoría durante la lactancia. Los alimentos producidos orgánicamente les proveen más ácidos grasos Omega 3, necesarios para el desarrollo del bebé. Las grasas hidrogenadas deben ser evitadas, ya que éstas reducen el contenido graso en la leche de la madre.
Nota: Las grasas trans se acumulan en la leche materna y pueden conducir a la agudeza visual y dificultades de aprendizaje en el bebé.
Si hubo una alimentación apropiada con suficiente productos provenientes de origen animal (como especifiqué en la 1ra y la 2da parte), le asegurará al bebé una cantidad de vitamina B12, A y D al igual que todos los minerales importantes tal como el zinc en la leche, calcio, magnesio, entre otros.
Lo más recomendable es darle del seno al bebé hasta el primer año si la madre está en condiciones y cuidando su alimentación. De lo contrario, o si la madre no genera la suficiente cantidad de leche para alimentar al bebé, una opción es hacer una fórmula casera (receta e instrucciones, aquí) para evitar las formulas comerciales que contienen en su mayoría un brebaje químicos y es procesada a altas temperaturas lo que desnaturaliza las proteínas y crea carcinógenos. La leche de estas fórmulas contiene residuos de antibióticos, pus, bacterias muertas y vivas (de las malas) y hormonas modificadas genéticamente. Los transgénicos u organismos modificados genéticamente, están prohibidos en más de 60 piases por sus peligros de salud, pero se encuentran en gran abundancia en las fórmulas infantiles.
Las leches formuladas generalmente causan alergia, mientras que las creadas a base de soya contienen un inhibidor enzimáticos llamado ácido fítico, inhibe el crecimiento y es el compuesto que forma estrógenos en las plantas, lo que puede llevar a desarrollar problemas hormonales en el bebé. Además, están desprovista de colesterol, el cual es necesario para el desarrollo del cerebro y el sistema nervioso. El colesterol es la molécula madre necesitada para formar las hormonas de la salud. (Más información sobre la sal natural)
Alimentación a partir del 4to. Mes
Yema de huevo y sal
Una yema de huevo hervida, empezando el cuarto mes, le proveerá el colesterol necesario para el desarrollo mental. Los niños que se les cría de esta manera, tienden a hablar y a tomar direcciones a temprana edad. La clara de huevo no se debe dar al bebé, ya que cuenta con proteínas difíciles de digerir. La sal es necesaria en la formación de las glándulas gliales en el cerebro, que producen las células que hacen conexiones y nos hacen pensar más rápido.
Ojo: No se le debe dar clara de huevo al bebé durante el primer año. La sal debe ser marina; sin refinar.
Los Cereales
Aunque vemos que las prácticas de los últimos años es darle al bebé cereales, es necesario saber que el bebé no cuenta más que con una pequeña cantidad de amilasa necesaria para la digestión de granos, y no están bien resguardada para digerirlos, sobretodo el trigo durante el primer año. Su consumo le podría causar alergias al bebé, de ingerirlo sin el sistema digestivo estar preparado. Algunos expertos lo prohíben hasta la edad de 2 años.
La alimentación ideal es la que contiene alimentos proveniente de origen animal, ya que contiene nutrientes esenciales que no se encuentran de otras fuentes.
Sociedades pre-industriales les daban a los bebés cereales a partir de los 6 meses, pero los mismos habían permanecido en remojo por 24 horas. Para la expandir sobre cómo preparar los cereales y las legumbres de forma correcta, puedes leer; Tipos de legumbres sus beneficios y preparación para mayor nutrición.
Guineos/Bananas
A partir de los 6 meses, se le puede introducir puré de guineo, el cual es rico en amilasa, por tanto es fácil de digerir para el infante.
Frutas y vegetales
Al décimo mes, los vegetales, frutas y carnes se pueden introducir, uno a la vez y hechos puré. Para mayor beneficio, se debe hacer puré con mantequilla proveniente de animales criado ecológicamente.
Nota: No se puede exagerar con los alimentos de color anaranjados como la zanahoria y la auyama, le podría dificultar la digestión y la piel del bebé tornarse amarillenta, es señal de que no está haciendo la conversión de la vitamina A, se sugiere descontinuarlos por un tiempo.
Yogur
Darle al bebé una poco yogur y suero de leche, para irlo familiarizando con los productos agrios. Pero sobre todo, no prescindirle al bebé de la grasa animal.
Jugos
Darle al bebé jugos de frutas, sobre todo de manzana, que sólo provee carbohidratos simples (convertidos por el cuerpo rápidamente en azúcar), evitará que el niño sienta apetito por comidas nutritivas. La bebida para un bebé en crecimiento es la leche cruda (siempre que venga de animales criados comiendo pasto, sin enfermedades, ni hormonas), la cual se puede introducir de a poco, cuando el niño decide que no quiere leche materna o la fórmula casera.
Conclusión
Recuerda que los bebés deben ser rellenitos, resistentes y fuertes, no delgados. Los niños necesitan las grasas para óptimo crecimiento. La grasa alrededor de sus tobillos, las rodillas, los codos y las muñecas es la grasa de crecimiento y asegura que ha tenido una adecuada alimentación. Bebés gordos crecen robustos, adultos bien formados, ni demasiado alto ni demasiado cortos y, o bien delgados o robustos dependiendo de la herencia genética.
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